San Martin
Biografía
H ijo de Juan de San Martín, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, el pequeño José Francisco nació en Yapeyú, en el Virreinato del Río de la Plata, y se formó en España, donde participó en diversas campañas militares. En 1812 regresó a Buenos Aires decidido a unirse a la causa revolucionaria, y pronto fundó el Regimiento de Granaderos a Caballo, con el que logró su primera victoria en el combate de San Lorenzo.
Su estrategia libertadora tuvo como eje la liberación de Perú, bastión del poder realista. Para ello organizó desde Mendoza el cruce de los Andes, una hazaña militar sin precedentes, y liberó Chile junto a Bernardo O’Higgins. En 1821 proclamó la independencia del Perú y fue nombrado Protector, pero las divisiones internas y su histórica entrevista con Simón Bolívar lo llevaron a renunciar y alejarse de la vida política.
San Martín pasó sus últimos años en Europa, acompañado por su hija Merceditas. Rechazó involucrarse en las disputas internas del continente, convencido de haber cumplido su misión de libertad. Murió en Francia en 1850 y es recordado como uno de los grandes libertadores de América, símbolo de lucha, estrategia y compromiso con la independencia de los pueblos.
"¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!"
Carrera Militar
De soldado a Libertador
I nició su carrera militar muy joven: ingresó como cadete al ejército español en 1789, y participó en campañas en África, contra franceses, británicos y portugueses, destacándose en la Batalla de Bailén (1808), donde fue ascendido a teniente coronel por su valor Aunque empezó como oficial leal a la corona, su contacto con círculos liberales y revolucionarios lo llevó a renunciar en 1811 y trasladarse a América del Sur
Al arribar a Buenos Aires en 1812, fue nombrado teniente coronel de caballería y encargado de formar el Regimiento de Granaderos a Caballo, con el que ganó su primera batalla en suelo patrio en San Lorenzo (1813). Como gobernador de Cuyo, organizó el Ejército de los Andes, planificando el audaz cruce de las montañas para liberar Chile (1817), donde logró una victoria decisiva en Chacabuco y luego en Maipú
Finalmente, continuó la campaña hacia Perú, donde, con apoyo naval, penetró en Lima y proclamó la independencia peruana en 1821, asumiendo el título de Protector del Perú. Poco después se reunió con Simón Bolívar en Guayaquil (1822), y se retiró de la escena pública para exiliarse en Europa, donde falleció en 1850
"¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!"
Condecoraciones
Reconocimientos y distinciones
I nstituyó medallas para reconocer la valentía de los soldados que participaron en la independencia del Perú. El 11 de enero de 1822 autorizó una medalla de oro con armas peruanas y la inscripción "AL PATRIOTISMO DE LAS MAS SENSIBLES", y otra en plata con un sol radiante y el texto “LIMA LIBRE JURO SU INDEPENDENCIA EN 28 DE JULIO DE 1821”.
Mientras era Protector del Perú, San Martín fundó la Orden del Sol el 8 de octubre de 1821; una de las distinciones más antiguas de América, destinada a premiar servicios extraordinarios a la patria, dividida en los grados de Fundadores, Beneméritos y Asociados.
Tras su muerte, Argentina creó la Orden del Libertador General San Martín en 1943, máxima distinción otorgada a políticos o militares extranjeros dignos del más alto reconocimiento.
"¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!"
Historia del Sable Corbo
Un símbolo de independencia y dignidad
E n Londres, hacia fines de 1811, José de San Martín adquirió este sable de estilo árabe —un tipo de arma moda entre los oficiales europeos— caracterizado por una hoja curva hecha en acero de Damasco, empuñadura de ébano y una vaina de cuero y bronce. Su silueta sobria, sin ornamentos de oro ni arabescos, refleja una filosofía de simplicidad y funcionalidad. Esto no fue casual: San Martín lo consideró ideal para la caballería ligera, aprovechando su capacidad de corte, menor riesgo de pérdida durante el combate y su efectividad en cargas
Al morir en 1850, San Martín legó su sable a Juan Manuel de Rosas, como símbolo de gratitud por defender la soberanía argentina frente a fuerzas extranjeras. Con el paso del tiempo, el sable llegó a manos de los Rosas y finalmente fue donado al Museo Histórico Nacional por Manuela Rosas en 1896
Este sable es más que un arma; es un símbolo de independencia y dignidad. Fue el compañero de San Martín en todas las campañas libertadoras y representa valores patrióticos profundos. Hoy se exhibe en el Museo Histórico Nacional en una sala diseñada específicamente para resaltar su importancia, acompañando otros sables históricos. En la actualidad, sigue siendo un "thriller" histórico que sigue inspirando y conectando generaciones
"¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!"